7. Sangre
Cuando desperté mi cuarto estaba en completa oscuridad, sin embargo no me costó comprobar que los únicos que se hallaban en él eran papá y mamá. Ambos me miraban con cariño y preocupación, por lo que intenté incorporarme sin que ello ocasionara un escándalo.
Pero entonces llegó aquella enorme y debastadora sed que inundó mi garganta y mi pecho como si estas se encontrasen en el mismísimo infierno. Fue el peor de los dolores que jamás había experimentado. Como si un millón de cuchillos ardiendo atravesarán todos y cada uno de los pliegues de mi piel. Proferí un grito antes incluso de que pudiera percatarme de que mi cuerpo estaba teñido de un tono gris amarillento. Antes de darme cuenta de que no podía moverme.
-Mamá…
La miré, el sufrimiento de su rostro podría haberse semejado el mío, sin embargo yo lo sentía vivo, corpóreo, y me estaba matando.
-Nessie…Has perdido muchísima sangre -apenas podía controlar el pánico de su voz- Carlisle ha ido a por agujas que podrán traspasar tu piel, tenemos que reponerla rápidamente.
No podía hablar, el dolor estrangulaba mi cuello y parecía crear millones de agujeros que me atravesaban de un lado a otro.
-Deberías intentar comer algo.- añadió
Mi padre la miró cogiéndola fuertemente de la mano.
-No creo que eso le ayude mucho en este momento. Necesita sangre humana.
Miré hacia todos lados intentando encontrar a alguien más en aquella habitación, ¿Por qué no estaba a mi lado? Toqué con la palma de la mano a mi madre y visualicé a Jake en mis pensamientos.
-Está esperando en el pasillo. Ahora podrás verle.
Me extrañé, podría haber esperado junto a ellos en la habitación.
Los dos se levantaron y me dieron un tierno beso en la frente.
-Aguanta cariño- dijo mi padre antes de seguir a mi madre fuera del cuarto- Se que es difícil, pero pronto haremos que estés mejor.
Le dediqué una tímida sonrisa por miedo a que al abrir la boca el ardor consiguiera llegar hasta ella.
No pasaron dos segundos cuando Jacob entró y se abalanzó a mi cama.
-¡Nessie!- Me agarró de las manos y escondió la cara en mi melena- Esto es una pesadilla, no sabía que hacer, me siento inútil.
Le toqué para preguntarle por qué no había esperado junto a mis padres a que me despertara, imaginándole solo en el pasillo.
-Ha sido culpa mía, no podía controlar los recuerdos de antes y a Edward le molestaban demasiado, no quería hacer que se sintiera peor.
Si no hubiera sido porque estaba demasiado preocupada con aquél monstruo que estaba destrozando mi pecho me habría avergonzado, pero le di poca importancia, quizás incluso me hizo sentir bien el que Jake no hubiera podido evitar pensar en nosotros. Le sonreí con lo que intentaba ser cariño, pero solo me salió una mueca extraña antes de que tuviera que cerrar la boca para no proferir otro aullido. Me revolví en la cama llevándome las manos al cuello.
-Ojalá pudiera traspasar todo tu dolor a mi cuerpo- Apartó mi mano y la sustituyó encima de mi cuello con cariño, el tacto de su piel me relajó y olvidé instantáneamente la horrible sensación que me dominaba.
Volví a tocar su rostro para pedirle que durmiera conmigo aquella noche, lo imaginé abrazado a mí en aquella inmensa oscuridad. Y mis deseos se vieron concedidos al momento. Apartó las sabanas y se metió en la cama, acunándome con sus cálidos brazos.
Me agarré a ellos con toda mi fuerza intentando apartar de mi cabeza todo ese color rojo, pretendiendo dejar de recordar una y otra vez el irresistible olor de la sangre. Pero era imposible, con cada segundo este se acrecentaba y martilleaba mis entrañas. No podía más, necesitaba sangre, sangre fuerte, humana.
Jacob paseó su boca por mi frente, mis ojos, mi nariz, mis mejillas… intentando hacerme olvidar el más primario de mis instintos. Puso sus labios sobre los míos con prudencia y se hizo paso a través de ellos con la lengua, abrazándome con fuerza y cariño a la vez.
Era increíblemente agradable sentir su aliento en mi interior, notar como nos entrelazábamos y su corazón comenzaba a doblar el ritmo de los latidos. Pero no era suficiente.
Solo podía pensar en una cosa: Sangre. Sangre. Sangre. Tenía que saciar mi sed.
Siempre me había gustado el olor de Jacob, a pesar de mi capacidad, igualable al resto de mi familia para interceptar el efluvio de un ser vivo jamás me había centrado en su sangre, solo en su dulce olor, de madera y vegetación.
Pero esta vez, con nuestras bocas siendo una y nuestros cuerpos a una distancia prácticamente inexistente, aquella corriente que circulaba por sus venas atrajo mi atención por encima de todo. Llamándome, tirando de mi como si de la gravedad se tratara. NECESITABA la poderosa sangre de Jacob corriendo por mi garganta.
Solté un profundo suspiro de agonía y clavé las uñas en su dura carne con toda mi fuerza ¿Qué me estaba pasando? Emitió una leve queja pero no dejó de besarme, incluso con más pasión.
No podía hacerle daño, no podía, pero me era imposible separarme de su cuerpo. Dejé de besarle y paseé mi lengua por sus labios bajando por su cuello. Le necesitaba tanto…
Sin dejar de separar los dientes de su piel intenté que mi cuerpo tomara las distancias que mi sed se esforzaba por recorrer, lo que este tomó por un inocente juego, volviéndose a pegar a mi.
No lo podía aguantar, ya no veía a Jake, mis ojos se inundaban de color rojo, mis labios hacían lo que mis dientes no debían, recorriendo su cuerpo, de su boca a sus orejas y desde ahí bajaba al cuello… el cuello.
El dolor era cada vez más insoportable. Mis dientes lo rodearon y al principio los hinqué intentando no hacerle daño. Él se dejó, sin duda era imposible que adivinara el oscuro deseo que sentía hacia él, tan distinto al que creía.
Finalmente mis uñas se introdujeron tan profundamente en la carne de su pecho que un hilo de sangre salió al exterior, inundando con su irresistible aroma toda la estancia.
Otro gemido salió de mis labios.
-Ey…- se quejó levemente Jake.
Bajé recorriendo el tramo desde su garganta a su pecho con la lengua, y lamí despacio aquella exquisita sustancia, solo necesitaba probar…
Pero lo empeoré, su sangre me daba una fortaleza que yo misma desconocía, me inundaba de un placer incomparable al resto de placeres que pudiera haber experimentado alguna vez en la vida.
No aguantaba más, mis dientes excavaron en aquella pequeña herida hasta hacerla lo suficientemente grande para acomodarme en ella.
-Nes…- Pareció una súplica, pero al momento cambió de idea y se quedó en silencio, él mismo se inmovilizó y con su mano comenzó a acariciarme la espalda trazando círculos para relajarme.
Comencé a succionar, bebiendo lo más despacio que mi sed me permitía, saboreando cada gota de sangre que Jake me estaba proporcionando. Alcé mis ojos para poder observar su rostro. Tenía los ojos cerrados y la mandíbula tensada.
Me sentí fuerte al instante, sentí como mi piel saneaba y mi garganta dejaba de aullar. Bebí un poco más sin darme cuenta de que el cuerpo que tenía entre mis dientes era el de una de las personas que más amaba en el mundo… o quizás sí lo sabía, y esa certeza me hacía ansiarle más. La pasión mezclada con el deseo hacia Jake convertía aquel acto en el más placentero de todos los que pudiera imaginar.
Siguió acariciándome con un cariño nada merecido y aprecié como su sufrimiento se hacía más intenso, ya apenas podía controlar los gemidos de dolor. Tenía que parar.
Pero me era imposible.
4 comentarios:
wow. Jake quiere tanto su felicidad que da su propia sangre por ella. PERO NO LO MATES, NESSIE!!
Woow !!! nunca pensé que se podia amar así a alguien. Este fic es el mejor que leí hasta ahora, sin duda el mejor.
Felicitaciones, te mereces un premio al mejor fic.
lo k ace el amor el le esta dando SU SANGRE
woaaa k lindo es Jacob !!
pero lo va a matr nessie si sigue asi!! me encanto este blog !!
Felicidades eres una buena escritora!1me la e pasdo todo el dia leyendo este blog!1
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