3.15 Atada

Disculpad pero por alguna razón no me deja hacer párrafos y me sale el texto seguido... en cuanto pueda corregiré eso. Espero que os guste el capítulo ¡y gracias por el apoyo preciosas!

-Despierta...- abrí los ojos intentando adaptarlos a la luz- Ha llegado la hora Nessie, tenemos que hacerlo.
El sol del mediodía entraba por el ventanal iluminando todo el cuarto, debían haber pasado muchas horas.
-¿Cuanto.. tiempo he dormido?- pregunté mientras me pasaba una camiseta azul por la cabeza.
-Unas.. diecinueve horas, es normal, no estás en tu mejor momento.
Forcejeé para que no me pusiera los pantalones, había desperdiciado toda la mañana y ni siquiera me habían avisado.
-¡Deberías haberme despertado!- comenzó a ponerme las deportivas- No pienso hacer nada de esto.

Jake me terminó de vestir sin problemas y me sentó en una silla de ruedas.
-Iremos dando un paseo hacia la casa, te vendrá bien para relajarte.
Por mucho que lo intentara a penas podía mover las manos y el cuello con un enorme esfuerzo.
-No quiero ir, Jacob, bájame de esta silla, volvamos a la cama...- intenté agarrarme a las sábanas- Sabes que este plan es una tontería...
-Este plan va a salir bien, y cuando lo hagamos estaremos todo el tiempo que quieras en la cama.

Obviando mis súplicas nos dirigimos hacia la puerta. Era un día precioso, poco acorde con los planes que sin duda se iban a llevar a cabo.
-Jake, si olvidas esto...- me quedé callada un momento- No volveré a ponerte de los nervios.
-Es parte de tu encanto- sonrió sin dejar de empujar la silla- ¿Por qué no dejas de quejarte y observas el paisaje?
Entonces recordé la noche anterior, cuando Jake me había dejado en la cama para correr en forma de lobo.
-Anoche me desperté y no estabas...
Aceleró un poco el paso, nervioso.
-Salí a tomar el aire, tenía calor y no quería despertarte removiendome en la cama.
-Y... ¿Qué hiciste?
-Nada interesante, dar vueltas por la casa, ¿Por qué lo preguntas?
No quería decirme que había estado transformado, él, al igual que yo, sabía que esa había sido su última luna como licántropo, y se negaba a confesarlo.
-Pondré todo mi empeño en que no se practique la intervención, y si me obligais no volveré a hablarte.
-Si lo harás- escuché su risa y volvió a andar lentamente- Porque no sé si lo recordarás pero... estamos felizmente casados.
Los músculos de mis mejillas se contrayeron al escuchar sus palabras. Sí, estaba casada con Jake...
-Pero quieres dejarme viuda, viuda. Pretendes que sea una niña de siete años viuda...
-No te pongas melodramática- la casa comenzó a verse por debajo de los árboles.
-Ve.. más despacio- tragué con dificualdad, intentando girar mi mano para coger la suya- ¿Puedes parar un momento? Por favor.
La silla dejó de andar de inmediato y en un segundo Jake estaba delante de mi, con los ojos rojos y brillantes.
Le abracé con todas mis fuerzas intentando mantener la calma, este no era el final, teníamos muchos años por delante...
Enterré mi cara en su pelo y aspiré con fuerza, si perdía al chico que estaba delante de mi... yo no sería nada, con o sin corazón.
-Nessie...
-Transformate...- apenas me salió la voz- Necesito verte así.

Esta vez no rechistó, no intentó convencerme de que no era necesario, ni me calló con un beso. Por el contrario se incorporó y se quitó los pantalones . Me sonrió una última vez antes de transformarse con increible sencillez en el lobo que tanto amaba. Acarició mi cara con el hocico y soltó un pequeño gemido. Era curioso como le era más dificil controlar sus emociones en forma de lobo.
Levanté la mano y la pasé por su pelaje con los ojos cerrados.
-No puedes perder esto...
El gemido se hizo más audible, pero no llegó a llanto. Estaba muy asustado y mi inseguridad no le daba animos. Apoyé mi cabeza sobre su cuello, intentando que ambos nos relajaramos.
-Tienes que saber que si esto dependiera de mi jamás lo haría, no estoy de acuerdo Jake...- no paré de acariciarle- Este eres tú.
El lobo se apartó y miró por detrás de mi con nostalgia, pero con seguridad. Y a pesar de mis quejas cerró los ojos para transformarse en mi marido, que volvió a vestirse sin mirarme ni decir una palabra.
-Quedémonos aquí...- Intenté sonreir.

Siguió sin hablar y volvió a coger la silla para arrastrarla hacia delante. Ninguno de los dos mencionó una palabra durante el resto del camino. Y estaba completamente segura de que era porque Jake no podría aguantar el miedo si salía un unico sonido de su boca.

No le presioné más, me limité a dejarme llevar en silencio, derrotada

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El abuelo ya tenía todo preparado en el quirófano improvisado, allí encontré a los abuelos, mis padres y Rosalie y Emmet.
Las tres parejas se apoyaban la una a la otra. Papá y mamá estaban tan enamorados como siempre, aunque con un claro gesto de preocupación en el rostro. Se abrazaban con fuerza mientras él besaba su frente observando el vacío.

Cuando entré por la puerta todos se lanzaron a mi asegurándose de que todo estaba en orden. Me abrazaron y apoyaron como si sirviera de algo, yo solo tenía ojos para Jacob, que ya se encontraba al lado de su camilla, mirando los tubos.

Finalmente comprendieron que era mejor dejarnos solos y todos fueron menos el abuelo, papá fue el último en salir.
-Nessie- me cogió de la mano- Si pensaramos que alguno de los dos vais a morir, ¿Crees que estaríamos así? Debes tener confianza... ¿Lo harás?
Asentí con un nudo en la garganta, el terror apenas me dejaba razonar lo más mínimo, llegando a un punto en el que apenas recordaba mi nombre.

Cuando nos quedamos solos el abuelo me cogió en brazos y me llevó a la camilla. No iba a conseguirlo tan facilmente, empecé a forcejear con todas mis fuerzas, moviendo visiblemente las articulaciones de las manos y de los pies, no me importaba que no sirviera de nada, al menos tendría la seguridad de que había luchado.
-Renesmee- Jake me dio un beso en la frente- No nos hagas atarte, intentemos que esto sea sencillo.
-¡No!- si hubiera podido apartar su cara de un golpe lo habría hecho- ¡No cederé sin luchar, no dejaré que te maten!
-Tendremos que sedarte y atarte, ¿Es eso lo que quieres?- a pesar de su compasión las palabras del abuelo eran contundentes.
-Pues hazlo...- cerré los ojos derrotada por las circunstancias, extenuada por el esfuerzo en vano, pero sin parar de moverme.
-Está bien... - empezó a atarme las manos- Jacob ve tendiendote en la camilla.
-¡NO!- no aguanté la presión y me eché a llorar- Jake...
Mi marido se acercó y me abrazó como si la vida se nos fuera en ello, él tambien lloraba.
-Todo saldrá bien...- se apartó rapidamente e hizo lo que le dictaba Carlisle.
Desde la camilla extendió su mano hacia la que Carlisle acababa de atar y me miró con una triste sonrisa.
-Esto no es justo- suspiré.

Apreté su mano por última vez, y creí morir cuando él me devolvió el gesto. Estaba allí tendido, expuesto, vulnerable, loco por entregarme hasta su último aliento. Y yo no hacía nada, solo apretar aquella mano como si de la misma vida se tratase.

Mi pecho experimentó tal dolor que me retorcí a pesar de que cuatro cuerdas me sujetaban a la cama. Aquello no podía ser verdad. No podía estar pasando...

-Cariño, no pasa nada...

-Dios... no puedo dejar que hagas esto- Quise acercarme a él pero las cadenas me lo impidieron, las lágrimas corrían por mis mejillas frenéticamente.

-Siempre y para siempre, recuérdalo. Nuestros corazones son uno, y siempre, pase lo que pase, latiremos como uno solo.

Sentí como mi abuelo me secaba el sudor de la frente y cerré los ojos frente aquél tacto frío.

-Nessie, ya es hora.

-¡No! No os dejaré, no quiero, es mi vida, ¡Dejádme todos en paz!

Pero entonces la noté, la anestesia introduciéndose en mis venas, picándome en la garganta y tirando de mis párpados.

Jamás volvería a verle, jamás volvería a escucharle. No volvería a tocar aquella mano que sujetaba a pesar de los efectos de la droga.

Entonces todo se quedó oscuro.

Y solo pude ver una cosa. A mi amor... que sería inmortal en mi mente.

Siempre.