3.11 Organizadores de boda

Aquí os dejo una imágen de cómo imagino eol vestido de boda de Nessie!:

Fue un día realmente agotador. Rosalie era una verdadera máquina organizativa, en menos de una hora había encontrado las flores, el catering, nombrado sacerdore por internet a Emmet y nombrado a Esme, Bella y Edward decoradores oficiales. Por su parte Carlisle fue el encargado de escribir a mano las cincuenta invitaciones que debíamos enviar, lo que consiguió en un tiempo record de tres horas.

-Nessie- gritó Rosalie cuando intentaba escaparme con Jake- Quiero que confirmes si te parece bien la lista de boda, aunque en mi opinión es perfecta, solo algunas invitaciones por compromiso. Lo he organizado de maravilla teniendo en cuenta el número de plazas.
-Está bien- Jake y yo nos sentamos en la mesa sin dejar de separar nuestras manos.- adelante.
Emmet se unió a nosotros con una sonrisa, sin duda esperando saltar a la menor ocasión.
Rosalie sacó una cartulina de color rosa pastel con bordes dorados y la extendió por encima de la mesa. Esta representaba fielmente el patio de la casa con diez mesas en él.
-comencemos- señaló la mesa número uno- en cada una se sentarán cinco personas...
-¿Un pulso Jake?- Emmet levantó las cejas provocándole.
Antes de que este contestara Rose rugió como una leona.
-¡Emmet!- le dio un golpe en la cabeza- ¡Esto es algo importante!
-Por supuesto.
-Bien. Empecemos por las tres primeras mesas, son más cercana a la mesa de los novios, allí por supuesto iremos la familia más cercana. En la mesa número uno se encuentran Charlie, Reneé, Carlisle, Esme y Sue, en la siguiente he puesto a Edward, Bella, Emmet, Jasper- vaciló al decir su nombre- y yo. Mientras que la tercera es para los miembros de la manada que han confirmado que pueden acudir: Seth, Leah, Quil, Embry y Sam, los demás tienen asuntos que atender, ¿Verdad, Jacob?
Asintió con la cabeza sin aclarar nada.
-¿Qué tipo de asuntos?
-Asuntos- contestó sin querer darle importancia.
-Nessie- señaló la mesa cuatro, en la siguiente fila.- Atenta. Aquí irá el Clan de Denali: Eleazar, Carmen, Kate y Tanya, por lo que esta mesa solo tendrá cuatro invitados que tendremos que compensar.
Miré el reloj nerviosa.
-Rose... ¿Vas a decirme en qué mesa van a ir cada uno de los cincuenta invitados?
Deseé no haber preguntado nada cuando me lanzó aquella mirada asesina antes de poner el dedo en la quinta mesa.
-Clan egipcio: Amun, Kebi, Benjamin y Tia. De nuevo cuatro- dejó la vista fija en Emmet- Un verdadero desastre. Parece ser que nuestra especie no se relaciona.
-¡Sin duda! Un verdadero desastre- contestó este más por miedo que por interés.- Algo habrá que hacer.
-Lo sé- señaló la mesa cinco.- Clan del amazonas junto al rumano.
-¿Vamos a invitar a Stefan y Vladimir?- escupió Jacob- ¡Nos dejaron tirados!
-Se llama cortesía, chucho, puede que algún día la adquieras.
-Sabes tan bien como yo que no se van a presentar.
Mientras yo seguía dandole vueltas a la razón de poner mesas cuando el 90% de los invitados no comía.
-Eso es lo de menos- señaló el siguiente lugar- mesa siete, unos amigos de Esme de Seattle, mesa ocho clan irlandés, mesa nueve... Clan Volturi... Aro, Sulpicia, Caius, Athenodora, Marcus y... Alice. Las última mesa está reservada para nómadas, aunque no es probable que reciban la invitación al menos les tendremos asientos reservados. En total acudirán entre cuarenta y cinco y cincuenta personas. Soy un genio.
Emmet la besó intensamente dejándonos a Jake y a mi mirando fijamente la cartulina.
-Voy a estar rodeado de chupasangres...
-Y la mujer con la que pasarás la noche de bodas será practicamente una de ellos. A dónde hemos llegado.
Jake me sonrió y me rodeó con sus brazos.
-¡Bien!- interrumpió Rosalie- ¿Alguna queja, duda, consejo o reclamación?
-Todo lo que hagas me parece perfecto, Rosalie.
-Odio la indiferencia- enrolló la cartulina rapidamente y se levantó- iré a ver el desastre que Edward está haciendo con los centros de mesa, y espero que Esme haya terminado de montar el altar, con este equipo es imposible hacer nada a derechas. Nessie, quiero verte dentro de cinco minutos en mi habitación, tienes que probarte el vestido
Con un movimiento de melena salió disparada hacia la parte de atrás. Emmet se reclinó en su silla y sonrió a Jacob.
-¿Un pulsito?

Dejé a ambos rompiendo la mesa principal del salón y subí las escaleras mirando mi mano. Esa mañana Jacob por fin había puesto aquél precioso anillo en mi dedo, y desde ese momento sentía que era ahí donde debía estar. Tuve que tomar aire a mitad de la escalera para no marearme, a pesar de que hacía solo cinco horas que me había levantado mi garganta comenzabar a escocer por la sequedad, y mis músculos estaban tensos como piedras, lo último que quería era abusar de Jake, aunque los cortes del día anterior estaban desapareciendo ya tenía mordedoras mías alrededor del cuello y en el pecho, cada vez que veía una de ellas mi corazón daba un vuelvo y una punzada de vergüenza me paralizaba, sabía que tendría que permanecer con esas marcas toda la eternidad.

Un golpe seco sonó desde el piso inferior, sin duda el de la mesa del comedor rompiéndose en dos pedazos.
-¡HUYE JACOB!- Se rió Emmet.
-¡Emmet McCarty Cullen!- los pasos de la abuela por poco rompían el suelo de mármol, me alegré de estar en el piso superior- ¡Espero que no hayas hecho lo que sé que has hecho!
-¿Yo? Yo no he hecho nada Esme, esta mesa tendrá unos 100 años, está para el arrastre.
-Emmet- Rose estaba subiendo la escalera en mi busca- Ve a la ciudad y encuentra una nueva, y de paso ve a Victoria's Cloth y compra quince metros de seda negra ¡Ya!
-Arpías...
-¡Emmet!- Cuando llegó al cuarto me miró sonriente, como si en el piso inferior no estuvieran librando una batalla- Por fin la parte importante.
-¿Y Jacob?
-Ha huído de verdad. Mejor, no hay peligro de que te vea. ¿Estás preparada? Lo he hecho a mano expresamente para ti.
-Preparada.
-Muy bien, cierra los ojos y no los abras hasta que te lo haya puesto.
Hice lo que me decía, Rose me desvistió y colocó el nuevo vestido con una rapidez asombrosa, noté que era de una tela fina y fresca, perfecto para la época.
-¿Ya?
-Espera, quiero que Bella y tú lo veáis a la vez.- Sentí la mano de mamá sobre la mía- Perfecto. Una... dos... y tres.
Cuando abrí los ojos delante del espejo un maravilloso traje blanco me dio la bienvenida. Con un escote palabra de honor era ceñido por la cintura y se iba abriendo conforme llegaba a la parte inferior, donde unas flores marrones crecían en ramas.
Mamá habló antes que yo, cogiendome por los hombros.
-Estás preciosa Nessie...
-Lo sé- Rosalie se acercó y las tres nos abrazamos mirándonos al espejo. Va a ser una novia tan preciosa como su madre.
Mamá suspiro sin dejar de mirarme a través del espejo.
-¿Estás segura de que esto es lo que deseas, cariño?
-Más que nada en el mundo.
-Si lo haces porque crees que vas a morir...- no pudo seguir hablando.
Le apreté más fuerte la mano.
-No es eso, quiero estar toda mi vida con Jacob, demostrarle a todo el mundo que somos él y yo, y que la imprimación no tiene nada que ver.- las tres nos sentamos en el sofá- Se que piensas que soy muy pequeña mamá, pero yo no me siento una niña es ningún sentido... y necesito que lo sepáis, y que Jacob lo sepa.
-Está bien- sonrió- pero te vamos a salvar, tenlo por seguro. Estos no son tus últimos días con Jake, y no va a ser un licántropo viudo tan jóven.
-Lo sé.
Cerré los ojos intentando que las nauseas no continuasen, pero, como las demás veces, una vez empezaba a empeorar todo ocurría demasiado rápido.
-¿Estás bien?- Rose me quitó el vestido y me tendió sobre la cama- De nuevo estás débil...
Mamá se levantó y se dirigió a la puerta.
-Iré a buscarle.
-¡No!- Me incorporé- Todavía puedo aguantar.
-No debes esforzarte absolutamente nada, ¿Acaso no recuerdas que si sufres otro ataque será el último?
-Puedo aguantar hasta mañana por la mañana, mamá, ya casi es hora de cenar...
-Simplemente no queremos que aguantes.
-Está bien...- me rendí- ve a llam...
Jacob apareció en la puerta tan rápido que a Rosalie a penas le dio tiempo de esconder bien el traje. Se acercó a mi y se sentó en la cama.
-¿Me necesitabas?
Rose le miró extrañada.
-¿Cómo lo has sabido?
-Yo...- dudó unos instantes, sin duda iba a lanzar una de sus mentiras increibles- vi que antes estaba un poco pálida.
-Jake no hace falta que hagas esto, ya les he dicho que puedo aguantar...
-Y a ti ya te he dicho un millón de veces que no quiero que aguantes.
Rosalie y Esme se dirigieron a la puerta para dejarnos intimidad y la cerraron con delicadeza. No iba a librarme.
-Está bien- Jake acercó su cuello- pero por el lado derecho.
-¿Por qué?
-Porque por ese lado ya tienes una mordedura, te la haré encima.
-Nessie- rió sin apartar su lado derecho del cuello- me siento realmente orgulloso de llevar las marcas de esos dientecitos.
Comenzó a echar su aliento sobre mis claviculas, incitándome.
-Pero...
-Vamos- me besó el hombro con dulzura y rodeó mi pecho con sus brazos- aliméntate...

Clavé mis dientes sobre su oscura piel haciéndole una nueva herida que recibió con un gemido, tendiendose lentamente en la cama para no separar su cuello de mi. Aunque no le pude ver sabía que tenía los ojos cerrados y la boca levemente abierta,con cada succión sus músculo se contraían marcándose, y sus dedos se ceñían más alrededor de mi. Me gustaba tanto beber de él... no solo por el poder que me infundía si no por el lazo que se creaba entre nosotros antes, si no después. En ese mismo instante mis sensaciones y las de Jake se confundían en nuestras mentes, convirtiéndose en una sola. Una sensación de tranquilidad y placer.

Esta vez bebí un poco más que por la mañana, ya que cada vez que intentaba apartarme Jacob movía sus caderas hasta chocar conmigo y me atraía con sus brazos, sabía que no sufría y eso hacía más dificil el no dejarle completamente seco.
Cuando aparté mis labios Jacob los besó saboreándo su propia sangre.
-Odio no poder tenerte ahora mismo...
Mi estómago dio un brinco cuando pronunció esa frase en mi oído.
-Si que puedes...
-Sabes que no- se quejó escondiendo el rostro entre mi cabello- No debo hacer nada que pueda provocarte algún daño.
Levanté su cara para besarle la mejilla, los labios y el cuello mientras me apretaba contra él.
-Te aseguro que no me haces daño...
Alguien golpeó tan fuerte la puerta que creía que se nos venía encima.
-¡Jacob! Si no sales ahora mismo de la habitación yo sí que te morderé.
-¡No estamos haciendo nada!
-¡Edward está escuchando tus pensamientos!
-Rosalie...-La voz de papá sonó por debajo de la de ella.
-¡Y es depravante! ¡Saca tus patas de chucho de la cama de sobrina! ¡Mañana es vuestra boda! ¿Es que ya nadie respeta la tradición?
-Está bien..- Jacob me dio un último beso mostrando su deseo con la fuerza de sus manos- Mañana tendremos todo el tiempo del mundo para estar juntos mi vida.

Y con ese beso de buenas noches cerré los ojos, preparada para enfrentarme a mi futuro.