3.12 Para siempre

El día de mi boda desperté con una fuerza sobrenatural, tanta que al levantarme de un salto el suelo crujió a mis pies. Miré mis brazos y piernas esperando que su masa hubiera aumentado varios centímetros, pero mi aspecto era exactamente el mismo que horas antes.
-¡Nos hemos levantado con ánimos esta mañana!- Rosalie entró con cinco estuches de maquillaje en la mano, seguida por mamá y la abuela, que se encargaban de la peluquería- me alegro porque hay mucho que hacer y tenemos poco tiempo. Ven a sentarte en el tocador.
Intentando controlar mi cuerpo me dirigí hacia allí y me senté ¿No podía tener un término medio entre moribunda y guerrera?
-¿Cúanto queda para la boda?- pregunté una vez me hube acomodado.
Mamá empezó a cepillarme el pelo y practicar diferentes recogidos.
-A penas tres horas, aunque los invitados empiezan a llegar- caminió el tono de voz a uno más chirriante- El clan de Tanya está abajo, y ella se interesa mucho por la vida de tu padre.
-Uff, Nessie- Rosalie se tapó la nariz mientras rebuscaba entre las pinturas- Jacob está infectando la casa con ese olor a perro, si sigue dando vueltas por aqui todo el día tendré que comprar varios ambientadores extrafuertes.
-Yo no huelo nada- sonreí recordando el perfecto aroma de Jake- además, no ha estado en mi habitación desde anoche.
-¡La abuela Reneé está aquí!

Sonreí al escuchar un coche aparcando en el exterior de la casa. Reneé era la humana más comprensiva y tolerante que había visto en mi vida, cuando mi madre 'mostró' tres años atrás a la abuela lo que eramos realmente ella soltó un 'vaya' e intentó averiguar todo lo posible sobre el tema e introducirse en nuestro mundo. No nos temía ni nos miraba como a bichos raros, por el contrario estaba encantada de haber descubierto una nueva especie, sin duda mamá había salido a ella en cuestión de asimilar noticias sobrenaturales.
Cuando la puerta se abrió mamá, Esme y yo ya estabamos preparadas para saltar encima de ella.
-¿¡Cómo están mis niñas!?- todas menos Rosalie nos abrazamos de buena gana antes de que ella volviera a arrastarme a la silla- Me parece increible que mi nieta se vaya a casar, a este paso me convertiréis en bisabuela antes de los sesenta.
-Bueno- Esme empezó a sacar rulos de una bolsa- no desesperes, tecnicamente yo lo seré a los veintiséis, podemos apoyarnos mutuamente.
-Estáis muy tranquilas- Rose se puso seria y señaló a Reneé un estuche al otro lado de la habitación- Cógelo por favor, mi equipo organizador es un completo desastre. Edward no sabe combinar los colores de los centros de mesa con el tono del día y Emmet aun no consigue pronunciar su discurso sin reirse en la tercera línea, creo que se está dedicando a incluir obscenidades en el guión a cerca de perritos.
Esme empezó a enrollar uno de los rulos al rededor de mis tirabuzones.
-Se echa de menos a Alice ¿verdad?- todas nos pusimos serias al recordarla- A ella le habría encantado organizar la boda de Nessie.
-Si- coincidió Rosalie- Y abría sabido combinar colores mejor que Edward y Carlisle.

Con las tres trabajando a toda velocidad y Reneé observando extasiada el panorama no tardaron más de diez minutos en maquillarme de manera impresionantemente elegante y arreglarme el pelo, este estaba con un recogido medio suelto, con los tirabuzones definidos y pequeños brillantes a lo largo del cabello.
-Tienes un pelo demasiado bonito para recogerlo en un moño- opinó Rose- Sin duda este es el mejor peinado para ti.
Reneé se acercó por detrás emocionada.
-Incluso con ese pijama parece una princesita... es increible el trabajo que habéis hecho, Renesmee ya es preciosa de por si pero... creo que jamás había visto un ser vivo con tanta luz.
La verdad es que ni yo misma podía reconocerme, incluso mamá, que a menudo era poco detallista había hecho un fantástico trabajo introduciendo aquellos diamantes.
-¿Son auténticos?
-Digamos que no conviene que des muchos melenazos.- Rosalie apagó las luces del tocador y apartó la silla para dejarme paso- vaya, alguien ha aumentado de peso estos días, me parece increible, a penas comes alimento sólido.
-Y hablando de eso- Esme me dirigió hacia la puerta y nos dirigimos hacia la cocina- debes tomar un buen desayuno, hoy es uno de los días más especiales de tu vida.
-¿Jake está abajo?- me emocioné ante la idea y aumenté el ritmo, a pesar de que mi mente no le precibía cerca.
-No- Esme me sentó en una silla y me puso tres platos por delante- Él se está preparando en La Push, no puedo esperar a que te vea...
-Esme...- di un trago de café para pensar en lo que iba a decir- ¿Tú sientes las emociones del abuelo?
La abuela se sentó a mi lado con el ceño fruncido.
-No sé a qué te refieres.
-Pues si tienes algún tipo de conexión con él debido a vuestra relación, si notas lo que él siente en cada momento.
-Bueno, le conozco tan bien que puedo adivinar lo que piensa la mayor parte de las veces, pero no existe ningún tipo de conexión extrasensorial, si es eso a lo que te refieres. ¿Por qué lo preguntas?
-Por nada- me metí un trozo de tostada en la boca- tonterías románticas.

Estaba tan nerviosa que apenas pude comer nada antes de que se me cerrara el estómago, los minutos parecían pasar tan rapidamente que sentía que todo lo que me rodeaba escapaba a mi control, aunque claro, eso se debía a que ese día incluso yo misma estaba bajo el control de Rosalie. Pasé el tiempo restante con retoques de última hora y varios cambios de maquillaje, me ciñó un poco más el vestido y me probé unos quince pares de zapatos.

Cuando a penas quedaba media hora para la ceremonia Rose aún no estaba satisfecha.
-Bien, todo lo que tienes es nuevo, así que en esa parte no hay problema- reflexinó- Y tengo la idea perfecta para algo prestado, viejo y azul.
Rose se dio la vuelta para coger una caja rectangular de terciopelo rojo con cuidado.
-¿Qué...?
Sin decir una palabra la abrió. En su interior había una diadema hecha de los diamantes y rubíes más bellos que jamás había visto, estaba segura de que si todas las luces de la tierra se hubieran apagado aquella pequeña y delicada corona abría seguido reluciendo. Me quedé sin palabras.
-Es del siglo diecinueve, mi abuela la mandó a hacer para su boda, después mi madre se casó con ella y yo... no la he llegado a utilizar nunca.
La sacó de la caja y me la colocó con suavidad entre los tirabuzones.
-Rose, ¿Estás segura?
-Por supuesto que sí- sonrió orgullosa mientras me miraba- Estás radiante, y me has hecho muy feliz Nessie. Pensé que por mi culpa esta corona no volvería a ser heredada, que estaba condenada a quedar paralizada en el tiempo como yo, y gracias a ti se que pasará de generación en generación. Así que enrealidad no es algo prestado, quiero que te lo quedes y algún día tu hija lo lleve en su boda, aunque sea un perro.
Los ojos me empezaron a escocer y tuve que parpadear varias veces mientras contemplaba mi reflejo.
-Muchas gracias Rosalie...
-Bueno- intentó quitarle importancia- Tengo que ir abajo a comprobar que esté en orden. Cuando escuches la música baja por la escalera principal, el ventanal que da al patio principal está abierto, asegurate de que andais por la alfombra roja, aunque todo eso lo tendrá controlado Edward...
-Por supuesto- papá apareció en el marco de la puerta, observándome con admiración.- Eres una de las dos novias más preciosas que he visto en toda mi existencia...
Me acerqué a él para abrazarle, parecía hacer una eternidad que no hablaba con él.
-Cuando empiece la música- recordó Rose antes de irse.
-¿Estás tranquila, verdad?- me ofreció el brazo para que lo cogiera.
Intenté que mis piernas dejaran de temblar mientras agudizaba el oído para estar atenta a la música, todo había pasado tan sorprendentemente rápido que aún no lo había asimilado.
-Así es como ocurren las cosas más maravillosas que te ofrecerá la vida, sin esperarlo.- me dio un beso en la frente- Estoy muy orgulloso de ti, de lo mucho que has madurado, y de la valentía que has demostrado ante la situación en la que te has visto envuelta.
-Gracias... pero la verdad es que tengo mucho miedo.
-Lo sé, pero tener miedo es de sabios Nessie, no se es valiente cuando no tienes miedo, si no cuando a pesar de tenerlo te enfrentas a él, y eso es lo que tú estás haciendo, enfrentarte a la muerte con una fortaleza digna de ver. Te mereces ser feliz, no dejes que nadie estropeé este día diciendo lo contrario.
El canon de pachelbel en D mayor empezó a sonar desde el jardín.
-Bueno... ha llegado el momento- suspiré aferrándome a su brazo.
-Vamos allá.

Practicamente fue él el que me llevó con sus graciles pasos a través de la escalera. En un momento Rosalie había llenado todo el camino alfombrado con pétalos de rosa rojos y blancos, y pequeñas lucecitas blancas cubrían las columnas de entrada y el techo.
No me fijé en quienes estaban sentados en los asientos de seda blanca y negra, mi vista se centró en el altar, donde el amor de mi vida me esperaba con un traje negro y camisa blanca con una sonrisa que me atraía como un imán, sus ojos brillaban tanto que podía verlos a pesar de encontrarme en la parte opuesta del jardín, y así, tan radiante, me pareció un verdadero dios digno de adorar.
'Te quiero' escuché en mi mente, me lo transmitió no con palabras, si no como una corriente eléctrica que cruzó todo el pasillo hasta mi corazón.

El camino hacia él fue el más largo que recorrería en toda mi vida, y cuando papá cogió mi mano para depositarla en la de él mi corazón comenzó a latir a mil por hora.
-Dios...- me susurró Jake con una mirada de completa admiración- eres la mujer más preciosa que el universo entero a tenido el honor de observar.
No pude responderle, la música paró y ambos nos giramos hacia Emmet, que vestía orgulloso una túnica blanca, nada acorde con su rostro divertido.
-Ejem- llamó a todos- ¡Queridos seres superiores! Estamos aquí reunidos para presenciar la unión de un licántropo y una encantadora semivampiro. Podría decir que la pureza inunda este día, pero seamos sinceros, aquí no es puro ni el cura- levantó las cejas y miró a Rosalie- mucho menos el cura.
-¡Emmet!- le amenazó Rosale en un susurro.
-Por supuesto. La mayoría de las ocasiones no alcanzamos a ver más allá de la persona, más allá de la raza y la tradición. Estamos en un mundo enfrentado por el odio y el temor a lo distinto, el pánico a lo desconocido... Hoy es un día en el que todos ganamos, en el que todos tenemos algo que aprender. Porque hoy Jacob y Renesmee unirán sus destinos como han unido sus corazones, a pesar de que estos, en opinión de todos, no estén hechos para estar juntos. Renesmee y Jacob jamás pensaron rechazarse por ser distintos, nunca se dejaron de amar por ello, jamás se separaron, si no que ha luchado por su amor hasta extremos que pocos podríamos llegar a comprender. Y por ellos merecen estar juntos toda la eternidad.- miró a Jake- Quieres decirle algo a Nessie, ¿verdad?
Jake me miró y escuché su corazón acelerarse.
-Nessie, ya sabes cuánto te quiero, sabes que te amo de todas las maneras posibles y a pesar de todas las situaciones que puedan darse a lo largo de nuestras vidas. Te prometo que siempre me tendrás a tu lado, que nunca te sentirás sola. Puedes estar segura de que desde el mismo momento en que naciste tuviste a alguien que siempre te adoró más que al mismo sol. Y aunque tenga que entregar mi vida por ello, conseguiré que tengas la existencia más maravillosa y larga que cualquiera pueda soñar.
Si en aquél momento hubiera preparado mis votos no abría tenido el aliento para pronunciarlos, le miré y pronuncié mil te quieros en mi mente.
-Jacob Black, ¿Quieres tomar a Renesmee como tu esposa para amarla y respetarla, en la salud y la enfermedad por el resto de la eternidad?
-Si quiero- suspiró.
-Renesmee Carlie Cullen, ¿Quieres tomar a Jacob como tu esposo, para amarlo y respetarlo, en la salud y la enfermedad por el resto de la eternidad?
-¡Si quiero!
Emmet rió.
Rosalie nos pasó los anillos y ambos nos los pusimos el uno al otro, sin parar de temblar.
-Entonces, por el poder que me ha sido concedido, os declaro marido y mujer.

Salté a los brazos de Jake, que ya los tenía abiertos para mi y le besé profundamente, olvidando todo lo que había a mi alrededor.